Coraje

Es extraordinaria la manera en que el amor puede ser un bálsamo sanador. Muchas veces caemos en la
mala decisión de enfurecernos por errores que nos provocan heridas. Yo creo que soy una amante innata, o soy masoquista por excelencia. Cuando entrego amor a alguien es indeleble, haga lo que haga y diga lo que diga. A veces las personas nos decepcionan mucho, y nos hieren.
Creo que decepcionarse de alguien es doloroso. He vivido muchas experiencias tristes diferentes, pero finalmente todas absolutamente todas ya se han curado.

Yo a veces apuesto mucho por la gente, sé que no debo ser arrebatada pero cuando me molesto me molesto y es que realmente detsto que las personas se contradigan, eso me genera inestabilidad.
Quiero una relación decente, honrada y auténtica.

Sé que no debo ser exigente. Sé que todos cometemos errores y horrores en la vida, pero a veces cuando las personas te fallan sabiendo que lo hacen es realmente triste, no hieren las palabras duras, sino el hecho de ver que alguien a que tú amas prefiere herirte que callarse la boca. Es triste, me ha pasado más de una vez, pero realmente lo dejo todo a Dios. Sé que me merezco que muchas cosas dolorosas me sucedan, porque también he tenido tropiezos, pero es duro ver como alguien que sabe que lo quieres te hace sentir mal. Bueno, es una página más para mi libro de mil tristezas. No niego que en su momento me enfureció, porque lo que me duele realmente primero me enfurece (conmigo misma, por tonta, por creer en él) y luego me entristece. Por lo general no suelo mostrar emociones que me someten mediante la manipulación, pero cuando algo realmente te duele lo único que opto por hacer es mantenerme en pie. Siempre de pie y resistir el ataque, así es como se gana la batalla.
Cuando las cosas se calman, y dejen de atacarme, suelo tomar asiento y descansar. Solo necesito tiempo, tiempo para curar la gran herida. Tiempo para saber si me quiere o me olvida.

No suelo necesitar "tiempo" porque para mí es muy importante, pero cuando realmente es necesario, es necesario. Ahora es momento de meditar mucho y comprender si el dolor de la decepción es más grande que el amor. La confianza de no ser herida definitivamente se ha roto, y la confianza se gana con más trabajo del que imaginamos. Cuido mucho mantener intacta la confianza de la gente, porque es un campo bendito. Pero que le sucede con la trapecista que se avienta al columpio y no lo alcanza, al caer a la red esta no la sostiene. ¿Pordrá ella volver a querer subir al trapecio?

Esa es una pregunta que solo ella puede responderse, con mucha fe quiza podrá volver a hacerlo, pero quiza no.

Deseenle suerte.